miércoles, 1 de abril de 2009

En la web de la Conferencia Episcopal hay otro muro de la vergüenza


Parece que ETA, la banda de asesinos comunistas está sufriendo un duro revés al caer sus complices nacionalistas en la destrucción de España de las instituciones gubernamentales. Se pueden empezar a retirar ayudas, subvenciones, homenajes, guiños y palmaditas en la espalda los "muchachos" de la kale borroka.

Como muy bien se lleva denunciando desde hace decadas como causa y motor principal de esta opresión totalitaria en el norte de España ha sido la Iglesia española surgida tras el Concilio Vaticano II. Los cambios revolucionarios del Concilio, en vez de defender a quién ha sido luz de Trento y Espada de Roma, se lucha por conseguir la ruptura de la unidad de España y apoyar a los enemigos de la santa fe católica. Otro caso más para añadir a la vergonzosa lista de traiciones y latrocinios.

Y después volverán a hablar de vocaciones ¿dónde están las vocaciones? Si en Vascongadas son una especie ya en vías de extinción, en el resto de España ha dejado un malísimo sabor de boca en muchos fieles que la Iglesia haya sido etarra, complice nacionalista o sean los mismos obispos quienes han pecado de omisión con sus condiscipulos al no echarles en cara su actitud maquiavélica.

Han hecho mucho daño casos como que, antes de conocer la Tradición, a un servidor le preguntaban: -"¿Dónde está
«Juanpablosegundotequieretodoelmundo» que no hace nada por quitar a los obispos de ETA?" Y yo debía callar por no tener respuesta.

Tres obispos, tres complices de los asesinos comunistas, que han trabajado por la ruina de la Iglesia y de España: Setién Alberro , Uriarte Goricelaya y Añoveros Ataún

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